Fue una de las películas de fantasía preferidas de los millenials, pero ahora ha caído en el olvido y debería volver

Me gusta mirar con cariño al pasado y recordar que hubo una época, sin Netflix o Prime Video, en el que una de las ilusiones de los niños era encontrar sus películas favoritas en la televisión. Sí, existían videoclubs y nadie niega la utilidad de las plataformas de streaming, pero era muy bonito saber que, con la llegada de octubre, también lo hacían las películas de Halloween. Había cierta magia en esa fugacidad o al menos yo lo recuerdo así. La época de finales de los noventa y comienzos de los 2000 fue un bastión de películas de fantasía, de toda clase, pero sobre todo con temática oscura, a lo Hocus Pocus o Casper. El famoso fantasma daba el salto de los dibujos a la gran pantalla con una trilogía indispensable en la que Casper y la mágica Wendy era fundamental. 

El broche de oro de una trilogía

En 1995, Casper daba el salto a la acción real con CGI gracias a una película protagonizada por Christina Ricci que ya es culto de una generación entera. Su éxito llevó a que se iniciara un segundo proyecto, en 1997, que narraba los orígenes del fantasma con su condición etérea, pero que no obtuvo la misma repercusión al contar con nuevos actores. De hecho, fue un estreno directo en formato vídeo y no en cines, algo muy común en la época. 

Un tercer intento tuvo lugar en 1998 con una nueva protagonista mucho más carismática y un tono más cercano con el público infantil. Casper se unía a Wendy, una joven bruja, justo en el momento en el que Sabrina, cosas de brujas triunfaba en televisión (y con la que comparte muchos elementos en común). Esta cinta fue mucho mejor recibida. La estelar actuación de Hilary Duff no pasó desapercibida y este fue el primer paso para convertirse en un icono generacional con Lizzie McGuire y una estrella de Hollywood desde bien joven. 

Gracias a los poderes de la pequeña bruja, la narrativa era mucho más fantástica que sus dos anteriores entregas, lo que hizo que fuera un buen cierre para la trilogía. También se aprovechó el tono familiar debido a que Wendy era una de los amigos de Casper en la serie Casper and Wendy’s Ghostly Adventures, un recopilatorio de catorce aventuras del fantasma entre 1951 y 1962. Aunque tan solo aparecía en dos de ellos, se convirtió en uno de los personajes más populares. 

En esta película, Wendy era una joven bruja que, acompañada de sus tías, trata de aprender todos los secretos de la magia, mientras que un hechicero, Desmond Spellman, busca evitar que se convierta en una poderosa bruja. Cuando huyen de él, su camino se cruza con el del joven fantasma, comenzando una bonita historia de amistad y también una trama llena de peligros. 

Por supuesto, volver a verla en 2025 supone hacer un ejercicio de comprensión. Fue una película de bajo presupuesto ya en su momento, que conseguía aguantar el tipo de milagro. Casi 30 años después, los efectos digitales son lo que más resaltan, así como la propia calidad de la imagen. Lamentablemente, no es una película muy popular, por lo no tiene pinta de que vaya a ser recuperada. Tan solo permanece en la mente de unos pocos que disfrutamos de ella en la televisión de la época o en vídeo. 

La que sí que la recuerda es Hilary Duff, quien ya de adulta, habló de ella durante una entrevista. Al ver las imágenes, la actriz de Una cenicienta moderna se emocionaba y se le saltaban las lágrimas. "Era muy novata. Tenía como nueve o diez años. A esa versión le diría: 'tranquila, todo irá bien, estás haciendo un buen trabajo'", comentaba para People. 

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