Pongamos que llega tu cumpleaños y que tu madre, en su infinita benevolencia, te hace varios Bizum para que puedas comprarte el coche que más te guste. La acción tiene tres consecuencias ineludibles: que quieras a tu madre por encima de todas las cosas, que el resto te tengamos una envidia infinita, y que Hacienda te clave una multa de hasta el 50% de la cantidad transferida por no haberlo declarado como donación.
La idea, a todas luces una exageración, viene a plantear hasta qué punto los Bizum recibidos no son simples regalos a ojos de la Agencia Tributaria. Aunque tú estés pensando en un simple Bizum, para tu banco y las agencias reguladoras se trata de una transferencia bancaria como otra cualquiera y, en consecuencia, están perseguidas por la ley de prevención de blanqueo de capitales por razones obvias.
No es sólo un Bizum, es una transferencia
En la pregunta de hasta qué punto deberías preocuparte con los Bizum que recibes, la clave está en la cantidad. Si bien es cierto que lo común es que las transferencias por Bizum se limiten a unos 2.000 euros al día, siempre dependiendo de tu banco, la propia compañía establece también un límite anual de 30.000 euros. Lo importante, en cualquier caso, está en saber a partir de qué cifra estás levantando sospechas.
La ley establece que, a partir de 6.000 euros, empiezan a activarse las alertas de control que empujan al banco a avisar de esos movimientos. No importa si están despiezados en distintas operaciones, incluso si son de remitentes distintos, el sistema automáticamente detecta que se tratan de operaciones sospechosas y enciende las alarmas para comprobar qué está pasando.
A partir de esos 6.000 euros nos quedamos en un vacío de control, pero los problemas y los sustos llegan una vez superados los 10.000 euros. Cualquier transferencia que sobrepase esa cifra, ya sea a través de Bizum o mediante los métodos habituales, debe ser declarada a Hacienda a través del Impuesto de Sucesiones y Donaciones, y no hacerlo conlleva multas desde 600 euros hasta el 50% de la cantidad.
En el hipotético caso de que uno de esos regalos a través de Bizum llegase a ojos de Hacienda, lo más probable es que, si levanta sospechas, sea investigado. Tras ello se preguntará si la transferencia pertenece a un préstamo o a una donación, lo que implica tener que realizar un contrato privado sin impuestos asociados en el primer caso, o declarar la donación y lidiar con los impuestos que establece cada comunidad en el segundo.
Imagen | Ogtech en Midjourney
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