Cuando se habla de productividad en el trabajo, o más bien de la falta de ella, el tema irremediablemente nos traslada a la procrastinación, al cómo hacemos menos de lo que deberíamos porque, simple y llanamente, estamos pajareando. Pero pese a ese runrún que solemos tener en la cabeza, un estudio ha decidido buscar la raíz del problema. La ha encontrado en algo que han llamado online tool fatigue o, lo que viene a ser lo mismo, demasiadas aplicaciones.
Reflejado en un informe de Lokalise que se ha acercado a los trabajadores de cuello blanco para ver qué ocurre en el día a día de sus oficinas, lo reflejado por la investigación destaca que perdemos una media de 51 minutos de trabajo por semana por culpa de esa online tool fatigue. Saltando de una aplicación a otra para responder notificaciones, nos perdemos en un bucle que demuestra ser la antítesis de esa productividad tan demandada.
2,5 semanas laborales perdidas por la online tool fatigue
La cifra, extraída de la respuesta de más de 1.000 profesionales de cuello blanco a través de 11 sectores distintos del mercado laboral estadounidense, apunta a una situación en la que muchos otros también se verán reflejados al otro lado del charco. El 17% de los trabajadores asegura tener que lidiar con más de 100 cambios de app al día y, para el 56% de los preguntados, el exceso de plataformas esperando a ser atendidas impacta negativamente en su trabajo.
Lo peor de todo no es esa media de casi una hora perdida a la semana, sino que si sumásemos el tiempo que toca dedicarles a esas mismas notificaciones fuera del horario de trabajo, la cifra se elevaría notablemente más. El 60% reconoce sentir presión al tener que responder a mensajes cuando ya no está en las horas marcadas por su contrato.
Puestos a realizar un listado con las herramientas que más cansan a los trabajadores y minan su productividad copándola con distracciones están el correo, de la mano de Outlook y Gmail, las apps de mensajería como Microsoft Teams o Slack, y toda esa ristra de videollamadas y calendarios con citas que se van actualizando cada dos por tres como principales culpables.
Pero aunque 51 minutos por semana puedan parecer poca cosa, la cifra preocupa aún más cuando la ves desde otra perspectiva, la que refleja una equivalencia de 44 horas al año. Eso y que, en realidad, frente a esa pérdida de tiempo sólo hablamos de una media entre todos los encuestados. Para el 22% de ellos la suma equivale a unas 2 horas por semana que, traducidas de la misma forma, suponen un total de 2,5 semanas laborales anuales.
Pese a que el estudio destaca que las cifras se basan en percepciones y estimaciones de cada empleado, basta con preguntarle a cualquiera que trabaje en una oficina para comprobar que no son en absoluto descabelladas, y que llegados a este punto y a estas cifras, parece mentira que no hayamos descubierto ya una forma de solucionar esta online tool fatigue. No sólo por la frustración que supone y cómo afecta a la productividad, sino porque 2,5 semanas laborales perdidas son, en consonancia, mucho dinero tirado a la basura.
Imagen | Segareshot en Midjourney
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