Cyberpunk: Edgerunners fue la panacea para un juego que empezó con mal pie; el motivo de que muchos usuarios (yo incluida) se lanzaran a darle una oportunidad a Cyberpunk 2077. movidos por el deseo de encontrar una simple referencia. CD Projeckt estuvo muy fino a la hora de darle el encargo a Studio Trigger y Netflix, porque fue lo que necesitaba para terminar de confirmar que su universo de ciencia ficción merecía la pena. Todos nos emocionamos y sufrimos a partes iguales al ritmo de "I Really Want to Stay At Your Home", pero incluso a día de hoy hay muchos secretos que están por descubrirse. Uno de ellos está relacionado con el propio David Martínez, el protagonista de la historia. Desde un inicio, este parecía tener un don innato para el control del Sandevistan, pero lo cierto es que puede que la verdadera razón sea mucho más simple y lo que le llevó a cometer un gran error.
Atención spoilers: este artículo contiene spoilers sobre el final de Cyberpunk: Edgerunners.
Un Holo en mal momento
David Martínez es presentado como un prodigio. Su habilidad con el Sandevistan, el cual le permite moverse más rápido, es inusual. Su cuerpo se resiente sí, pero es capaz de utilizarlo sin caer en la locura. Tal confianza es la que le lleva más adelante a cromarse prácticamente por completo y, finalmente, caer en la ciberpsicosis. Piensa que es inmune a los efectos de la tecnología en el cerebro y, tras haber visto la serie varias veces, creo haber encontrado la solución.
Nunca acaba de quedar claro si de verdad era algo fuera de serie. Lo único que sabemos es que su exceso de confianza le lleva a la perdición. Una historia triste más de Night City. Sin embargo, es indudable que David mostraba una habilidad excepcional nada más insertarse el Sandevistan.
Pues bien, tras haber revisado varias veces los primeros capítulos, creo que la clave reside en el Holo que le permite experimentar la matanza del primer usuario del Sandevistan y con el que, lamentablemente, guarda demasiada relación en el compás final de la serie. Esta conexión virtual que lo pone en su piel, también le hace experimentar el uso de la tecnología en primera persona, pero desde un punto de vista de un usuario con más habilidad.
Teniendo en cuenta que se trata de una tecnología muy inmersiva y avanzada, no es de extrañar que el cerebro y cuerpo de David recordasen instintivamente cómo utilizarlo. No es inmune, ya que varias veces vemos cómo sangra o se desmaya, pero parte con ventaja desde un primer momento.
Es posible que, gracias a este detalle, sí que hubiera sido capaz de controlar el Sandevistan sin tan solo se hubiera ceñido a él, pero la cantidad de croma posterior le lleva indudablemente a colapsar. David no era un prodigio, solo alguien que había tenido acceso a un Holo poco común con la mala suerte de que, por azar del destino, el mismo Sandevistan había llegado hasta él.
Tal vez penséis que el prodigio era Adam Smasher, el único capaz de tener casi el 100% de su cuerpo mecanizado sin caer en la ciberpsicosis. Aquí os diría que su cerebro ya era el de un psicópata y que seguramente su química funcionara diferente al de la gente común. No sé si puede ser considerado "prodigio".
Tal vez la segunda temporada de Edgerunners arroje más luz sobre el uso de los Holos o el croma; tal vez presente a un verdadero prodigio, pero ya sabemos que, como se suele decir, en Night City no hay finales felices, solo finales. "Vive rápido, muere joven".
En 3DJuegos | Análisis de Cyberpunk Edgerunners. ¿El mejor anime jamás hecho basado en un videojuego? Netflix lo borda
Ver 1 comentarios