Miguel Solo
EditorBuscar la propuesta de matrimonio perfecta es complicado, pero a finales de los noventa Mike Mika, desarrollador de videojuegos que había trabajado en compañías como Atari o Activision, tenía un plan. Él hacía videojuegos y su novia era jugadora asidua, así que qué mejor idea que proponérselo a través de un videojuego.
Había muchas formas de hacer esto, pero Mika eligió probablemente la más rebuscada de todas. En lugar de crear un proyecto independiente solo para que su pareja lo jugara, decidió incluir la propuesta como easter egg en un juego que se iba a lanzar comercialmente. El juego en particular era Klax, un título de Atari que fue porteado a prácticamente todas las plataformas de la época, y para el que Mika trabajaba en la versión de Game Boy.
En su cabeza el plan no tenía fisuras. Su pareja sabía del juego y además le gustaban los juegos de puzles, así que seguro que se animaría a probarlo, vería la proposición en la pantalla y se emocionaría. El plan no tardó en torcerse. Por alguna razón a ella no le apeteció jugarlo de lanzamiento. Ni el día siguiente, ni tampoco el otro. Aquello se alargó no durante meses, sino hasta años. Tiempo en el que el desarrollador dudó si debía abandonar su plan y proponérselo de un modo más convencional.
Claro que incluso si ella se hubiera animado a jugar, es bastante improbable que hubiera encontrado la proposición. Para poder colar un easter egg tan personal en un lanzamiento comercial (y de Atari, nada menos) Mika había tenido que esconderlo concienzudamente. Para llegar a la pantalla con la foto de la pareja y la proposición había que introducir una misma contraseña hasta diez veces, algo completamente contraintuitivo porque el juego te daba una pantalla de error las nueve primeras. Desde luego consiguió eludir el proceso de testeo, pero a lo mejor había servido para nada.
No fue hasta cuatro años más tarde cuando en junio de 2004 una llamada le dio la vuelta a la situación. La revista Tips & Tricks le pidió trucos para introducir en un artículo sobre su juego y Mika no desaprovechó la oportunidad, sincerándose con la pantalla super secreta que nadie había descubierto hasta ahora y lo que significaba. En la revista se compincharon con él, y en el texto se dirigieron directamente a ella para llamar su atención. Fue entonces cuando al fin funcionó. Le dejó un día en la mesa la consola y la revista, ella encontró el easter egg y dio el sí.
Ver 1 comentarios