Todo aquel al que le guste el cine de Quentin Tarantino se sabe esta historia, menos Alberto Pastor, así que no está de más refrescar la memoria y recordar el aparatoso accidente sufrido por Uma Thurman durante el rodaje de Kill Bill, que dejó a la actriz muy enfadada con Tarantino y al coche hecho un buen bollo en el capó.
Según declaraciones exclusivas de Tarantino a Deadline, el accidente ocurrió durante una de las últimas jornadas de rodaje de Kill Bill Vol. 2, mientras se preparaba una toma con el descapotable de Beatrix Kiddo, el icónico personaje de Thurman. La actriz, preocupada por el estado del vehículo, había pedido a un especialista de stunt que condujera, tras recibir advertencias sobre posibles fallos mecánicos. Sin embargo, Tarantino insistió en que ella misma realizara la toma. Como relató el director, "Ninguno de nosotros consideró que fuese una escena de riesgo, era solo conducir. Tal vez deberíamos haberlo hecho, pero no lo hicimos".
La actriz sufrió un impacto frontal contra una palmera y resultó con lesiones en cuello y rodilla, describiendo la experiencia como "una deshumanización hasta el punto de la muerte" (The Guardian). En una publicación ahora eliminada en Instagram, Thurman compartió el video del accidente, dejando claro su enfado no solo con Tarantino, sino con los productores responsables de la seguridad en el set. La actriz explicó que el volante del coche quedó a la altura de su abdomen y sus piernas quedaron atrapadas, recordando el momento como "doloroso y aterrador", y temió no poder volver a caminar tras el impacto según declaró a Vanity Fair.
Imagen del accidente de uma thurman durante el rodaje de Kill Bill. Vol 2 (The Washington Post)
Arrepentimiento y responsabilidad
El director no tardó en reconocer públicamente su culpa por el accidente. En declaraciones a The Guardian, Tarantino calificó el hecho como "el mayor arrepentimiento de mi vida", y añadió: "Le dije que el camino era recto, que todo estaba bien, que sería seguro. Y no lo fue. Me equivoqué. No la forcé a subirse al coche, ella confió en mí". Además, en la entrevista con Deadline, detalló que él mismo condujo por la misma carretera antes de la toma, sin prever que la dirección opuesta que tomaría Thurman tenía una curva que aumentó el riesgo de la toma. "Ese es uno de mis errores más horrendos".
El accidente no solo tuvo consecuencias físicas para Thurman, sino también afectó temporalmente la relación de confianza entre ambos
Pese al accidente, Tarantino buscó enmendar la situación años más tarde, entregándole a Thurman el metraje completo (que podéis ver en la web de the Washington Post)para que pudiera exponerlo públicamente y cerrar un capítulo que la había marcado profundamente. La actriz valoró este gesto, calificando de valiente la decisión del director de permitir que la grabación viera la luz, a pesar de que podría causarle un daño personal y profesional significativo. El accidente no solo tuvo consecuencias físicas para Thurman, sino también afectó temporalmente la relación de confianza entre ambos. Como explicó Tarantino a The Guardian, la confianza se quebró durante varios años, aunque nunca dejaron de comunicarse. "No es que no habláramos, pero una confianza se rompió". En cualquier caso, el accidente afectó a su relación durante los siguientes dos o tres años".
Tarantino y Thurman durante el doradjae de Kill Bill
Harvey Weinstein: otro factor en la tensión
Además del accidente, Thurman aprovechó la ocasión para señalar públicamente al productor Harvey Weinstein, con quien trabajó durante la producción de Kill Bill. Según la actriz, el productor mostró un comportamiento inapropiado en varias ocasiones, incluyendo intentos de acoso tanto en París como en Londres, según señala Vanity Fai. La actriz destacó que, a diferencia de Tarantino, no hubo un gesto de transparencia o de responsabilidad por parte de Weinstein. "El encubrimiento posterior es imperdonable", escribió Thurman en sus redes. Por su parte, Weinstein negó las acusaciones de conducta no consensuada, aunque el debate contribuyó a visibilizar los riesgos y abusos que podían coexistir con la dinámica de trabajo en Hollywood y se sumó al importante número de acusaciones recibidas por el productor.
El caso de Kill Bill sirve como recordatorio de que incluso los rodajes de alto presupuesto pueden tener fallos graves en materia de seguridad, incluso en escenas que aparentemente no suponen un gran riesgo. La transparencia, el reconocimiento de errores y la responsabilidad, tal como lo han demostrado Thurman y Tarantino, son elementos fundamentales para evitar tragedias similares en el futuro. Si la historia te ha motivado para volver a disfrutar de Kill Bill, recuerda que Tarantino tiene una nueva versión de Kill Bill a punto de llegar a los cines.
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