Hay obras que existen en un nivel de comunicación tan puro que no necesitan decir ni una sola palabra para hablarte. Piénsalo: la mirada de Iván el Terrible y su hijo Iván, de Ilya Repin; la comedia silenciosa de Luces de la ciudad, de Charlie Chaplin; o las Gymnopédies de Erik Satie. Y en el cómic más actual está Step by Bloody Step, que sigue esa misma filosofía de expresión absoluta, firmado por Simon Spurrier, Matías Bergara y Matheus Lopes.
En esta miniserie, el lector se encuentra ante un mundo completamente desconocido. La historia comienza con una niña que despierta sin memoria ni nombre, acompañada únicamente por un gigantesco guardián acorazado que la protege mientras atraviesan un paisaje hostil y fascinante. Lo más sorprendente es que Step by Bloody Step no tiene diálogos que el lector pueda entender, las pocas palabras que aparecen están en un idioma completamente desconocido y misterioso; el lenguaje de los personajes y del mundo que los rodea es completamente visual. Y sin embargo, cada página es un ejemplo de por qué el cómic es un medio de narrativa visual pura y dura, siguiendo un poco la escuela del maestro Will Eisner, genio de la viñeta, que demostraba en sus cómics que si necesitabas textos es porque no estabas narrando correctamente con los dibujos.
La fuerza del arte: un lenguaje universal
Si hay algo que convierte a este cómic en una obra imprescindible es, sin duda, el trabajo artístico de Matías Bergara y Matheus Lopes. Bergara construye un mundo que parece existir más allá de la página, donde la geografía, la distancia y la composición de las viñetas sirven para guiar la mirada del lector y marcar el ritmo de la historia. Las viñetas, a veces fragmentadas y vacías de detalles, permiten percibir tanto la majestuosidad del entorno como la intimidad de los personajes. Cada página es un delicado equilibrio entre un fantástico y extraño mundo desconocido y el interior de una niña en el que todos podemos reconocernos, donde lo extraño y lo familiar se entrelazan para mantener la tensión narrativa que funciona de maravilla.
Lo extraño y lo familiar se entrelazan para mantener la tensión narrativa que funciona de maravilla
Lopes, por su parte, aporta un color que no solo embellece sino que añade profundidad emocional. Los tonos cambian sutilmente según el contexto: los azules y amarillos destacan en la nieve para mostrar la maravilla que percibe la niña, mientras que la ausencia de color en escenas de peligro aumenta la sensación de amenaza. Esta combinación logra un efecto casi hipnótico que acompaña a la historia comunicando sensaciones sin necesidad de palabras.
Un relato que respira sin letras
Simon Spurrier se enfrenta al reto de narrar sin recurrir al diálogo, y lo hace con maestría. La amnesia de la protagonista permite que el lector descubra el mundo a su mismo ritmo: cada gesto, cada mirada y cada acción son una pieza de un rompecabezas emocional. El guionista alterna momentos contemplativos con escenas de acción donde el guardián protege a la niña, logrando una cadencia que mantiene la atención y el suspensea lo largo de un viaje asediado de peligros y misterios.
Lo fascinante de Step by Bloody Step es que la historia no se limita a la aventura: es también un relato sobre el crecimiento, la amistad y la formación de vínculos familiares sin conexión sanguínea. Spurrier consigue que la narrativa, aunque muda, sea profunda y accesible incluso para quienes no son lectores habituales de cómic. El lector participa activamente en la construcción de la historia, interpretando lo que ve y completando los vacíos con su imaginación.
Una experiencia sensorial que trasciende el formato
No es habitual que un cómic consiga transmitir tanto sin usar palabras. Step by Bloody Step se convierte en una experiencia sensorial completa, donde el ritmo, la composición y la interacción de los personajes con el entorno cuentan tanto como un diálogo literario. La sensación de viaje arduo se acentúa con las composiciones de las páginas y el espacio invisible entre viñetas que solo existe en la imaginación del lector, que hace que la travesía de la niña y su guardián se sienta como propia.
La colaboración es tan profunda que incluso sin palabras, la historia se percibe completa y rica en matices
Bergara y Lopes no solo narran con imágenes, sino que construyen un universo que recuerda a clásicos de la fantasía como Dentro del laberinto, Willow o El Cristal Oscuro, con la ventaja de que cada página es disfrutable por sí misma. Cada viñeta invita a detenerse, contemplar y descubrir detalles que pasan desapercibidos en una lectura rápida. Y es aquí donde Step by Bloody Step muestra todo su poder: el cómic exige tiempo y atención, pero recompensa con una experiencia visual y emocional maravillosa.
Arte y guion: un equilibrio perfecto
En la discusión sobre quién es más importante en un cómic, si el guionista o el artista, Step by Bloody Step ofrece una respuesta evidente: ambos son imprescindibles. Spurrier crea un relato que da forma al mundo, marca el arco emocional y establece el viaje de los personajes, mientras que Bergara y Lopes transforman esas ideas en imágenes y colores que hablan por sí mismos. La colaboración es tan profunda que incluso sin palabras, la historia se percibe completa y rica en matices.
Emma Price y Jim Campbell también aportan valor, con un diseño gráfico y un lenguaje de glifos que enriquecen la narrativa silenciosa. Todo el equipo demuestra que el cómic es un medio intrínsecamente colaborativo, donde cada elemento, desde la línea hasta el color y la composición, contribuye a una historia que podría considerarse perfecta.
Una lectura para todos
Step by Bloody Step no es solo para amantes del cómic; es un viaje recomendado incluso para quienes no disfrutan de la lectura tradicional. Su narrativa visual universal, sus emociones claras y su construcción detallada del mundo permiten que cualquier lector se sumerja en él sin barreras idiomáticas. La obra enseña que la comunicación no depende de las palabras y que la fuerza de una historia puede residir en su capacidad de mostrarnos en lugar de explicarnos.
Step by Bloody Step (Fantasía)
En un panorama editorial donde abundan los cómics cargados de texto y explicaciones, o de acciones vacías, Step by Bloody Step se destaca como un ejemplo de innovación y significado. Creo que es uno de los mejores cómics de los últimos años: un título que combina aventura, emoción, arte y reflexión en un formato que desafía nuestras expectativas sobre lo que un cómic puede ser. Un tebeo, que, además, te anima a volver a leerlo de nuevo cada cierto tiempo, buscando tal vez nuevos detalles o revivir algunos de sus momentos más emocionantes.
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