Antes de ser una industria con presupuestos millonarios y algunos de los productos con mayor impacto en la cultura popular, el sector de los videojuegos (o juegos de ordenador, como se les llamaba) estaba en gran medida compuesto por chavales que programaban un juego en sus casas y luego los vendían a compañías.
Con un medio naciente que producía tanto desconocimiento como fascinación, desde algunos medios generalistas hicieron lo posible en comunicar el fenómeno al resto del mundo. Commercial Breaks: The Race For Santa's Software fue uno de ellos, un documental de la BBC que retrató no solo el negocio de los videojuegos en los ochenta a través de Ocean, también la caída de Imagine, una de las compañías británicas más importantes del momento.
Ha pasado cuarenta años perdido en el limbo de los archivos, pero es ahora cuando BBC lo ha rescatado y publicado en abierto para todos en su canal de Youtube. Se trata de un hallazgo importante en la preservación de la historia del videojuego a través de los medios, especialmente porque pese a su enfoque generalista supone un vistazo en profundidad a cómo trabajaban las empresas de aquel momento.
Verlo hoy produce además una sensación extraña por lo mucho que resuena con el presente. Incluso en la conocida Era Dorada del software vemos retratadas decisiones negligentes por parte de una gran compañía como Imagine. Con ejecutivos que no entendían demasiado el producto y trabajadores sumidos en intensas jornadas de crunch. Antes de los "Cuádruple A", Imagine ya se obsesionó con sus llamados "Megajuegos", que supuestamente revolucionarían la industria desafiando los límites ténicos.
El documental retrata el caso de Bandersnatch, que llevaría a la empresa a bancarrota con una deuda de un millón de libras. El desarrollo había ido agotando paulatinamente los recursos de toda la compañía, y en los últimos días en la oficina el funesto destino estaba tan claro que los desarrolladores se dedicaron a jugar a videojuegos. La idea era hacer un título tan ambicioso por la calidad de sus animaciones que el ordenador necesitaría un accesorio extra para ayudar a procesarlo. Esto no salía gratis, querían pedir unas 30 libras en una época donde los juegos no llegaban a 10.
Bandersnatch nunca llegó a salir, pero sí lo hizo su sucesor espiritual Brataccas, que irónicamente no tuvo muy buena recepción en la prensa. Aun así su legado caló especialmente en Reino Unido. Años después inspiraría la trama del episodio interactivo homónimo de Black Mirror, que era todo un homenaje a la historia del videojuego. La trama del episodio no tiene demasiado que ver con la historia real, pero sí toma fuerte inspiración en la cultura y el contexto de la época.
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