Es indudable que, cuando pensamos en Jason Statham, lo hacemos en cintas de acción modernas llenas de adrenalina, en las que el actor británico interpreta a un tipo duro, perfectamente preparado para el combate y para las situaciones más extremas. La estrella es un género en sí misma, y nos cuesta verla en cualquier otra situación en la que no esté rodeada de gángsteres, mercenarios y gente de la peor calaña, con muchas armas de fuego de por medio. Sin embargo, hace 18 años protagonizó una película de capa y espada nacida al son del éxito de El Señor de los Anillos que, la verdad, fue un fracaso rotundo con un presupuesto de 60 millones de dólares caído rapidamente en el olvido por los espectadores.
Bautizada como En nombre del rey (In the Name of the King: A Dungeon Siege Tale, 2007), está actualmente disponible para su visionado en Prime Video y, para sorpresa de pocos, viendo quién la dirigió —Uwe Boll—, es también la peor producción de la cada vez más extensa filmografía del exnadador olímpico, con una valoración de 3,3/10 en FilmAffinity, muy por debajo de otras obras maestras de Statham, notese la ironía, como Megalodón 2: La fosa (Meg 2: The Trench, 2023). A pesar de que prácticamente nadie la vio (recaudó 13 millones de dólares) y de que quienes la vieron desearían no haberlo hecho, el largometraje acabó siendo la primera entrega de una trilogía. Eso sí, tanto en la segunda como en la tercera película tuvimos a nuevos actores protagonistas.
La base de En nombre del rey está en una saga de videojuegos clásica, Dungeon Siege, que tuvo su momento de apogeo a principios de siglo, pero cualquier parecido entre el RPG original y su "adaptación" cinematográfica es más pura coincidencia. Como con tantas otras películas inspiradas en lanzamientos de la industria que perpetró, Uwe Boll solo cogió el nombre del título, la ambientación medieval-fantástica de un mundo lleno de criaturas mitológicas, magia, castillos y batallas épicas, para crear una historia de aventuras centrada en un granjero sin grandes atributos (Statham) que emprende una misión para salvar a su esposa y vengar la muerte de su hijo, salvando por el camino a su reino tras enfrentarse cara a cara con un oscuro hechicero (Ray Liotta). Premisa sencilla, ¿divertida?
Cuesta entender la existencia de En nombre del rey y que alguien invirtiera 60 millones de dólares en Uwe Boll (es el film más caro del cineasta alemán radicado en Canadá), de no ser por el éxito de El Señor de los Anillos a comienzos de los 2000. La trilogía de Peter Jackson dejó claro que había un gran apetito entre la audiencia por las historias de fantasía épica, y desde Hollywood surgieron varias propuestas similares. Por ejemplo, tuvimos Eragon (2006), una fallida adaptación de la novela de Christopher Paolini que a mí me decepcionó mucho, pero creo que el filme de 20th Century Fox, al lado de En nombre del rey, es un peliculón.
Hay "orcos", pero olvídate de ver una gran historia épica
La superproducción de Uwe Boll podría contar con orcos, o algo parecido llamado krugs, pero claramente no era El Señor de los Anillos ni se le acercaba. En nombre del rey estaba lleno de momentos sonrojantes dignos de un video de Agujeros de Guión, lo que hizo que la crítica de la época no dudara en poner a caldo la película y calificarla como uno de los peores estrenos del año. Su falta de coherencia en la narrativa, los efectos especiales pobres y una dirección deficiente pusieron muy difícil a su reparto, que, la verdad, era bastante bueno, con nombres como Burt Reynolds, además de los mencionados, poder brillar y dar a la audiencia una aventura de capa y espada emocionante y entretenida.
Aún así, insisto, es posiblemente la película más atípica de Jason Statham y solo por ello merece la pena tenerla en cuenta si algún día, preferiblemente con amigos y muchas palomitas, os apetece ver un filme realmente malo. Además, hay mamporros y escenarios de fantasía. No todo es malo, la verdad. Como os contaba antes, En nombre del rey está disponible en streaming a través de Prime Video. También lo están sus secuelas, protagonizadas por Dolph Lundgren (Masters of the Universe) y Dominic Purcell (Prison Break) respectivamente, aunque estas ya son, claramente, cintas de serie B solo aptas para los más cafeteros.
Vía | Espinof
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