Pocos fancasts han sido tan longevos e intensos como el de Nathan Drake. En España hemos bromeado durante años con Jaime Cantizano, pero cuando tocaba ponerse serio, era imposible no sumarnos a la opinión del resto del mundo de que el actor ideal era Nathan Fillion. A él mismo le llegó esa petición, y durante años fue otro fan más deseoso de que se hiciera realidad.
A veces los sueños se cumplen, aunque sean de forma fugaz. En 2018, cuando nadie lo esperaba y tras muchas promesas fallidas de una adaptación a la gran pantalla que parecía que no llegaba nunca, Nathan Fillion tuvo la oportunidad de interpretar a Nathan Drake al fin en un corto fan dirigido por Allan Ungar.
El resultado eran unos 14 minutos que se pasaban volando y que eran puro Uncharted. Un Drake perfectamente caracterizado y con su carisma intacto gracias al también carismático Nathan Fillion que hablaba, se comportaba y gesticulaba igual que su contrapartida de Naughty Dog. A una escena de interrogatorio le seguía una secuencia de acción sencilla pero convincente, y que jugaba visualmente con su herencia videojueguil.
¿Era esto demasiado bueno para ser verdad? Es posible. ya en aquel momento se sentía más como un regalo a los fans que un proyecto de mayores ambiciones. Pese a su excelente reparto (que tenía otra decisión muy interesante como Stephen Lang haciendo de Sully) no dejaba de ser un corto modesto, y es imposible saber si la calidad habría subido proporcionalmente de tener un presupuesto y una duración mucho mayores. Hay antecedentes de directores haciendo fan films en Youtube que han llegado a ser excelentes profesionales como Dan Trachtenberg, pero el caso de Ungar es diferente, con una filmografía escueta y mediocre en cuanto a críticas.
Hoy sabemos que aquel sueño no se cumplió del todo, y ya parece más lejos que nunca. Fillion no se va a hacer más joven, y tras muchos titubeos Sony consiguió finalmente sacar adelante una adaptación oficial. Tras tener a Mark Whalberg como actor taquillero y serio candidato al papel titular, este acabó en el reparto como Sully dejando paso a un actor aún más franquiciable: Tom Holland. El joven británico acabó siendo la razón de que la película llegara a la gran pantalla, pero también de que se haya estancado una secuela, que pese al éxito en taquilla depende enteramente de su ocupado calendario.
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