No sé si os pasa a vosotros, pero a mí los días de otoño pasados por agua me suelen hacer echar la vista atrás. La lluvia suele interrumpir nuestras vidas y hacer que un día, que por lo general hubiera sido bastante tradicional, se quede grabado a fuego en nuestra memoria. Pero hoy tampoco quiero ponerme muy reflexivo sobre este tema, sino traeros un thriller psicológico del subgénero whodunit que precisamente se me viene a la cabeza cuando hace tormenta y empieza a diluviar de forma incesante. Os hablo de Identidad.
Estrenada en 2003 cuando John Cusack, su protagonista, se encontraba en la cresta de la ola en Hollywood, esta película dirigida por James Mangold (Logan, Indiana Jones y el Dial del Destino) partía de una premisa bastante sencilla: diez completos desconocidos se ven atrapados por una terrible tormenta y buscan refugio en un motel. Al cabo de un rato, la tranquilidad de estar bajo un techo seguro se ve reemplazada por el miedo cuando los diez viajeros empiezan a morir uno por uno. ¿Quién es el asesino? ¿Pueden fiarse los unos de los otros? Si no descubren al culpable, como bien nos han enseñado videojuegos como Among Us, la partida llega a su final y su verdugo gana.
La verdad es que la descripción de los personajes suena al comienzo de un chiste: un conductor de limusina (Cusack), una estrella de televisión en horas bajas (Rebecca DeMornay), un policía (Ray Liotta) que escolta a un asesino (Jake Busey), una chica de compañía (Amanda Peet)… Pero ya os adelanto que aquí no hay broma alguna. Son 90 minutos con una lluvia incesante, un misterio mortal y muchos sospechosos cuya resolución la mayoría no vimos venir. Claro, siempre hay quien lo adivina, pero creo que esta es una de esas películas donde las pistas no abruman, o no son tan evidentes, y logran mantenerte en tensión durante todo el largometraje. Es por ello que hoy os la traigo.
Si un día voy a Estados Unidos dudo que visite un motel, siempre pasa algo malo en las pelis.
De lo mejor de la peli no puedo hablaros mucho
Os he contado alguna vez lo mucho que me gustó La Cosa de John Carpenter, y mentiría si digo que la trama de Identidad es la más original del mundo, pues se inspira en este clásico de ciencia ficción y, obviamente, en novelas de Agatha Christie. Es difícil ver la película y no acordarse de Y no quedó ninguno (Diez Negritos), donde un grupo de personas con pasados oscuros son reunidas y aisladas, y comienzan a ser eliminadas sistemáticamente. Pero como The Thing, al meterle ese aura de ciencia ficción y una misteriosa identidad alienígena donde no sabías al final de quién fiarte, Identidad encontró la forma de sobresalir ante el espectador: su gran giro final. Así hablaba del filme Roger Ebert, uno de los más prestigiosos críticos de cine por aquellos años en Estados Unidos: "He visto muchos largometrajes que son intrigantes durante los primeros dos actos y luego siguen con el piloto automático con un final de fórmula. Identity (Identidad) es una rareza, una película que parece estar en piloto automático durante los primeros dos actos y luego revela que no lo estaba, con un tercer acto que nos obliga a repensar todo lo que ha sucedido antes. Ingenioso. ¡Qué simple y, sin embargo, qué retorcida es la solución!".
Identidad tiene un tercer acto que nos obliga a repensar todo lo que ha sucedido antes
Evidentemente no voy a profundizar más en este tema para no estropearte la recomendación. ¡Esto es un tema libre de spoilers! Pero estoy de acuerdo con esta opinión. De hecho, es cierto que para algunos la resolución al misterio pecó un poco de tramposa, como si todo lo que habíamos visto antes no hubiera servido para nada. Es un escenario que he de poner sobre la mesa, pero que espero que tú, que no has visto esta película, no te dejes influir. Pero si lo haces, no dudes en dejar un comentario abajo.
Pero independientemente de si te gusta o no el desenlace que nos dan, seguirán siendo 90 minutos de intriga con algún que otro elemento de terror psicológico que difícilmente resultarán aburridos. Y lo digo porque James Mangold supo crear con Identidad una atmósfera bastante sombría con esta lluvia incesante, ese teléfono que no da señal, y esa retahíla de personajes de los que la película te obliga siempre a pensar mal. Además, las muertes que vemos en pantalla son bastante brutales y salvajes, e incluso hay alguna que otra anécdota por ahí de la que igual más adelante escribo algún tema para compartírosla.
Pero lo que hace a Identidad una cinta recomendable, insisto, es su capacidad de generar nerviosismo y tensión durante los 90 minutos de metraje con ese giro final. Si hoy te encuentras donde vives con una noche de tormenta, no dudes en ir a Netflix, buscar este largometraje y darle al play. Sin duda te meterás en el escenario junto a Cusack, Liotta, Peet y compañía en una de las mejores cintas de su especie que recuerdo haber visto. Puede que sea también porque me gustaba mucho ver a Cusack en estos papeles, con otros filmes recomendables como El jurado o 1408, basado en un relato de Stephen King.
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