Han pasado 25 años desde que Harry Potter y la Piedra Filosofal se estrenara en todo el mundo para adaptar las aventuras de un joven mago a la gran pantalla. Nacido de la mente de J.K Rowling, el Mundo Mágico es hoy en día uno de los universos más potentes en cuanto a entretenimiento se refiere, pero todavía hoy es capaz de sorprendernos con su inmensidad. Anteriormente, os he hablado de las historias secretas de personajes como Lupin o McGonagall, de los secretos de los horrocruxes o de la influencia de eventos históricos como la Primera Guerra Mundial, pero el tema de hoy me ha llamado la atención de verdad. Cuando piensas que lo sabes todo sobre las leyes de la magia, estas te sorprenden (eso o que Rowling tapa sus agujeros de guion como puede). Hoy vengo a hablar de las varitas; no todas son iguales y no me refiero a su composición. Y es que, en contra de lo que mostraba Hogwarts Legacy, por aquel entonces eran muy distintas.
La evolución de las varitas en Harry Potter
Si habéis jugado a Hogwarts Legacy, seguramente recordaréis que podíamos elegir nuestra propia varita en la tienda de Ollivander. De hecho, yo misma os expliqué cómo podíais recrear algunas de los personajes más emblemáticos. Por aquel entonces yo no sabía que esto era un error cronológico: en esa época las varitas estaban muy lejos de ser lo que conoceríamos en las novelas.
Todo se debe a Ollivander, pero no a cualquiera de la familia, sino al que conocimos en los libros y las películas. Garrick Ollivander lejos de ser un simple tendero, fue todo un revolucionario que cambió la forma de hacer magia de forma significativa. Como siempre, esta información fue aportada por la autora mucho después de la publicación de la historia, pero es igual de interesante.
Hasta que este no se hizo cargo del negocio familiar (se dice que la familia se instauró en Gran Bretaña en época del Imperio Romano), las varitas que se vendían podían estar hechas de casi cualquier material. Si recordáis un poco, estas herramientas tienen un poderoso núcleo, que puede ser de dragón, unicornio, fénix, etc. Antes de la llegada de Garrick, las familias de magos solían pedir que sus varitas tuvieran un núcleo de algo asociado a ellas sentimentalmente. Por ejemplo, la de Fleur Delacour contiene un pelo de su abuela veela. Ollivander no era muy fan de esta práctica y, tal y como explica la autora, revolucionó el mundo con una teoría.
"Ollivander creía que las mejores varitas tenían núcleos de sustancias mágicas inmensamente poderosas, encerradas con maestría en maderas especialmente seleccionadas y complementarias, de modo que el resultado se adaptara a un dueño con quien la varita sintiera la mayor afinidad".
Este razonamiento no fue bien acogido en un inicio por la comunidad mágica, pero la prueba de que tenía razón fue indiscutible cuando las varitas demostraron un poder más que evidente. Ollivander se convirtió en un referente y gente de todo el mundo viajaban hasta Londres para conseguir una de sus creaciones.
"Sus métodos para encontrar las maderas y los componentes esenciales de las varitas, combinarlos y encontrar el portador ideal eran secretos celosamente guardados y codiciados por los fabricantes de varitas rivales".
Otros artesanos de varitas
No son muchos los fabricantes de varitas que J.K Rowling nos presenta, pero los hay. Durante el Torneo de los Tres Magos de El Cáliz de Fuego, Ollivander es convocado a Hogwarts para revisar que las varitas de los, cuatro en este caso, competidores estuvieran en buenas condiciones. Tanto la de Harry como la de Cedric fueron hechas por él, pero es llamativo lo que dice de las otras dos. La de Fleur señaló que era demasiado temperamental, mientras que la de Krum la reconoció como una varita de Gregorovich que no era su estilo.
En ese sentido, podemos decir que Gregorovich era su competencia directa. De este fabricante búlgaro no se conocen demasiados datos, más allá de que suministró varitas a toda Europa y fue portador la Varita de Saúco, reclamo que le sirvió para aumentar las ventas.
Lo que queda claro es que, más allá del talento del mago, la varita es un componente fundamental. En vista de la falta de la innovación de Garrick Ollivander, podemos establecer que los magos anteriores a él contaban con herramientas más rudimentarias; una prueba de que dentro de la magia también existe evolución tecnológica por así decirlo. Ejemplo aparte sería la propia Varita de Saúco, la cual sabemos que fue creada por la propia Muerte, de ahí que sea un bien tan codiciado por todos los magos tenebrosos, como Voldemort o Grindewal.
Ver 0 comentarios