A finales de los años 70 pasaban cosas raras, de esas que hoy nos harían levantar una ceja y preguntar "¿en serio esto estaba permitido?". Entre las grandes bandas de rock que destacaban en esa década se encontraban los Kiss, la respuesta norteamericana a Black Sabbath, aunque mucho más comercial, esperpéntica y cargada de purpurina, pelos cardados y zapatones con plataforma. Kiss hacía locuras de todo tipo aquellos años, algunas cuestionables, otras directamente ilegales, pero todas con un sello inconfundible de teatralidad y exceso. Una de las más insólitas y siniestras fue la de imprimir su cómic en Marvel usando su propia sangre mezclada con la tinta.
Los Kiss junto a Stan Lee en el acto promocional del cómic mezclando su sangre con la tinta roja usada en la impresión. Foto: KissTimeline.com
La historia de un proyecto único
En 1977, Marvel Comics publicó A Marvel Comics Super Special!: Kiss, un cómic que presentaba a los miembros de la banda, Gene Simmons, Paul Stanley, el recientemente fallecido Ace Frehley y Peter Criss, como superhéroes enfrentándose a villanos clásicos como Doctor Doom y Mephisto, con cameos de Los Vengadores y Los Cuatro Fantásticos. Hasta ahí, nada demasiado sorprendente, si no fuera porque los propios integrantes de Kiss donaron su sangre durante un concierto en Nassau Coliseum para mezclarla con la tinta roja usada en la primera edición.
El proceso fue supervisado por un notario público, y los viales se transportaron en un avión DC3 hasta la planta de impresión de Marvel en Depew, Nueva York, garantizando la autenticidad del acto. La idea, según Gene Simmons, surgió como una forma de estrechar un "vínculo de sangre" con los fans, un concepto que hoy nos resulta tan loco como entrañable. Para certificarlo, se creó un documento oficial que describía el proceso, convirtiendo la promoción en un evento tan teatral como cualquier actuación de la banda. ¿No echáis de menos bandas de rock así?
Un éxito comercial y de coleccionista
El cómic no solo captó la atención de los fans por su historia y personajes, sino por el morbo de la sangre real en la tinta. La edición vendió alrededor de 500.000 copias, convirtiéndose en el número más vendido de Marvel hasta la relanzada edición de Spider-Man en 1990. Hoy en día, una copia del Super Special es un artículo de coleccionista extremadamente valioso, con precios en el mercado de coleccionistas que superan con creces los 1.50 dólares de la portada original: las copias más baratas se valoran hoy alrededor de los 200 euros. Los coleccionistas buscan no solo la historia, sino el pedacito literal de los propios Kiss.
La polémica que siempre acompañó a Kiss
Este acto promocional se sumó a la ya larga lista de polémicas que rodeaban a Kiss. Su estética teatral, maquillaje diabólico y simbolismo siniestro y satánicos fueron interpretados por grupos conservadores como una influencia corruptora para los menores. Su merchandising masivo (cómics, juguetes, disfraces) amplificaba estas críticas, generando debates sobre la exposición de los niños a un rock duro que algunos consideraban inapropiado. Sin embargo, y pese a la exageración mediática, yo llevo escuchando a Kiss más de 30 años y no me ha pasado nada, parece. Lick it up!
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