"Si medían más de metro setenta, no los contratábamos". James Cameron hizo la película más cara de la historia pero intentó ahorrar cada céntimo

Hoy es difícil pensar que alguien le hubiera querido debatir nada a James Cameron sobre la creación de Titanic, pero en los noventa, cuando la película aún se estaba grabando, había muchas dudas. El cineasta venía de Terminator y Aliens, y aunque había resuelto con presteza otros blockbusters, esto no quita que tenía ahora que enfrentarse a la película más cara de la historia con 200 millones de dólares de presupuesto.

"El estudio entró en pánico. Es nuestro deber no entrar en pánico", afirmaba Cameron en una entrevista para Los Angeles Times. Su inflado presupuesto no evitó que entrasen igualmente en una mentalidad ahorradora, tratando de aprovechar cada dólar del que disponían y sobre todo, hacer que luciera en pantalla.

Una solución inverosímil tuvo que ver con los sets y el casting. Para ahorrar en la construcción, el equipo de casting tenía norma estricta de contratar a extras de hasta cierta altura, ya que ayudarían a modificar la percepción de la escala en la imagen. "Solo contratamos a extras bajos para que nuestros sets parecieran más grandes. Si medían más de metro setenta, no los contratábamos. Es como si nos llevásemos un millón de dólares extra de valor con el casting".

Otro truco con respecto a los sets era el del propio barco. Originalmente había planeado un set basculante que podría inclinarse para las escenas del hundimiento. Cuando se estimó muy costoso, decidieron hacer dos versiones alternativas del set que ya contaban con 3 grados y 6 grados de inclinación de inclinación. "Hicimos un compromiso con los tres grados y ahorramos 750.000 dólares", explicaba un productor en la misma entrevista.

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Este tipo de trucos no terminaba de tranquilizar a un estudio que secretamente temía un batacazo. "Si fuera por el estudio, la escena del hundimiento entera se habría eliminado", recriminaba Cameron. La industria y la prensa también tenía los ojos puestos en la producción. En debates de la época, se cuestionaba si esto podía sentar un nuevo precedente de inflar el presupuesto de todas las películas en adelante.

Los miedos estaban infundados, Titanic se mantuvo un coloso en cuando valores de producción durante mucho tiempo, y no empezó ninguna carrera por los cineastas intentando arruinar a los estudios. Mejor aún, las altas expectativas se cumplieron y hasta se superaron. Se convirtió en la película más taquillera de la historia sobrepasando los mil millones de dólares, y a día de hoy se mantiene la cuarta en la lista, solo superada por las dos películas de Avatar y Vengadores Endgame.

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