José A. Mateo Albuerne
Jefe de ActualidadEsta pasada semana se volvió a hablar de Scarface: The World is Yours a raíz de una polémica. Resulta que el juego lanzado en 2006 apareció de manera sorpresiva en las tiendas digitales de PC con una supuesta "versión HD". No hizo falta mucho tiempo para que los jugadores se dieran cuenta de que se trataba de una versión mejorada gracias a unos mods y que seguramente quienes publicaron el juego no tenían los derechos necesarios para relanzar el título.
Tanto es así que el título fue retirado de las tiendas y EC Digital, quien publicó el juego, lanzó un comunicado que ya está borrado incluso de Steam en el que venían a decir que era decisión suya: "Hemos entrado en conversaciones con muchas partes sobre el estado del proyecto. Después de una detenida consideración, creemos que ocultar temporalmente la página de la tienda, será el mejor paso". Sin embargo, todo apunta a que los dueños de los derechos no estaban siquiera informados de la publicación de esta nueva versión.
Más allá de comentar este hecho, que se hayan producido novedades de cualquier tipo alrededor de Scarface: The World is Yours nos sirve para hablar de uno de los GTA-Like más especiales de la séptima generación de consolas. Especial no quiere decir el mejor, porque con unas notas en torno al siete, y un proyecto desechado de hasta tres entregas más según el presidente de Vivendi, está claro que algo no fue del todo bien. Pero el carisma que tenía controlar al Tony Montana de Al Pacino fue más que suficiente para entretenernos por aquel entonces y vender la nada desdeñable cifra de más de dos millones de copias.
Cambiaba el final de la película
La premisa ya era interesante, porque partía de un final alternativo al clásico de Brian de Palma de 1983 en el que Tony sobrevivía a ese asalto final. Esto es así porque os desarrolladores, que inicialmente pensaron en realizar una adaptación del material original, se dieron de bruces con el problema de tener que replicar un guion genial sin saber si podrían estar a la altura, así como estar obligados a un final terrible para el protagonista tras muchas horas de "cogerle cariño". "Se han creado muchos juegos basados en películas, y cuando siguen exactamente el argumento de la película, se pierde un poco el interés si ya sabes cómo va a acabar todo", explicó el diseñador Jason Bone durante el evento de lanzamiento.
Salvándose por los pelos y con la DEA pisándole los talones, Tony Montana se ve sin recursos, propiedades y reputación, teniendo que volver a crear un imperio. La idea detrás del juego era conquistar las cuatro zonas principales de Miami (Little Havana, Downtown, South Beach y North Beach; hasta el punto de que todo el mapa estaba abierto de primeras, pero sólo podíamos hacer misiones, atacar a grupos rivales y comprar propiedades en Little Havana, la primera zona.
"Se pierde un poco el interés si ya sabes cómo va a acabar todo" - Jason Bone, desarrollador de Scarface
El desarrollo del título nos obligaba a controlar el 100% de cada distrito, llevando a cabo varias compras de negocios y propiedades, eliminando bandas rivales y realizando misiones que nos recuerdan a la película como realizar compra-venta de droga. No era nada revolucionario, pero sí divertido por la progresión que conllevaba y por el aumento de la presión sobre nuestros bienes a medida que comprábamos más; siendo necesario hasta instalar cámaras para alertarnos de cuando atacaban los grupos rivales.
Quizás lo más característico de Scarface: The World is Yours eran dos de sus sistemas, que además estaban relacionados. El primero era más familiar para el jugador de GTA, ya que estábamos hablando del medidor de presión policial, similar a las estrellas de búsqueda. Mientras en Grand Theft Auto nos habla de un juego de gato y ratón con la policía que nos obliga a escapar (o usar trucos como los de San Andreas, en Scarface esta mecánica se dividía en dos escisiones: presión policial y presión de bandas rivales. El segundo habla de la cantidad de encuentros con mafiosos violentos por la calle y de los ataques contra tus propiedades; además de limitar el precio al que podemos vender la mercancía por la calle.
El otro tipo, además de hacer que patrullas policiales vayan a tu busca cuando el indicador es alto, se relacionaba también con la economía del juego. La idea es que Tony cuenta con dos tipos de dinero, el limpio con el que puede hacer compras, y el sucio que debe limpiar en los bancos y que pierde si es capturado por los cuerpos de seguridad. El asunto es que a mayor presión policial, el pellizco que se lleva el banco es mayor. Ah, y si queremos bajar este indicador, nos toca sobornar a los policías.
Aunque el mayor guiño a la película puede que sea un botón en concreto. Apretando uno en concreto podíamos escuchar a Tony lanzar todo tipo de insultos, lo que además de ser muy divertido gracias a la genial interpretación de André Sogliuzzo (se cuenta que le eligió Pacino en persona) llevaba a un pequeño sistema asociado al medidor de "pelotas". Balls, pelotas en castellano, es una de las palabras que más pronuncia Tony en la película, y si usamos este botón, así como disparamos sin usar el apunado automático, desbloquearemos un modo rabia con el que todo se mueve en cámara lenta y disponemos de munición infinita.
Ahora está ampliamente superada, pero en 1983, cuando se estrenó la película en cines, tuvo el "honor" de ser la cinta con más fuck de la historia. De ahí, y del sistema balls como homenaje, que Scarface: The World is Yours cuente con un récord Guinness de ser el videojuego con más palabras malsonantes de la historia. 5688 "fuck" en 31000 líneas de diálogo y alrededor de unas 15 horas de campaña principal que atestiguan que quizás no fue el mejor clon de GTA de la historia, pero sí uno que supo como adaptar una película al videojuego.
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