Bárbara Gimeno
ColaboradoraCuando pensamos en Resident Evil, a menudo nos vienen a la cabeza los zombies y otros mutantes, laberintos subterráneos o héroes desesperados que buscan salvar a la humanidad. Pero hay algo que representa la verdadera esencia del juego y que pocas veces recibe la atención que se merece. Me refiero a la propia Raccoon City, esa pequeña localidad que se convierte en personaje más, y uno de los más trágicos. Una ciudad que creció con Umbrella, que fue abandona, que sufrió el horror en primera persona, y que terminó siendo borrada del mapa. Su historia no es un simple telón de fondo sino que es un relato de corrupción, contagio y, sobre todo, decadencia moral.
Una ciudad que se apaga desde dentro
Raccoon City se presenta como cualquier ciudad estadounidense de tamaño medio: un lugar industrial, rodeado de bosques, con una comunidad estable y sus rutinas establecidas. Pero su identidad narrativa empieza cuando Umbrella Corporation le regala prosperidad, riqueza, a cambio del secretismo y del silencio. Es ahí, bajo su fachada de progreso, cuando la ciudad empieza a morir.
En Resident Evil 2 y su remake, Raccoon City no solo está infestada de zombis sino que presenta una decadencia que lo va inundando todo. El juego convierte la comisaría en una mansión victoriana gótica, llena de misteriosos claroscuros y pasillos interminables, que simulan más una casa del terror que un edificio oficial. Los relojes siguen girando, pero ya no hay nadie para celebrar el paso del tiempo sino todo lo contrario. Lo único que quedan son notas, recuerdos, ambulancias vacías, calles desiertas (con suerte) y semáforos apagados. En sus calles se respira tensión y se puede oler el horror.
La ciudad no necesita expresarse con palabras porque su atmósfera nos lo dice todo. Los restos de la arquitectura art déco, los locales comerciales cerrados con sus cristales rotos y rastros de sangre, la niebla que rodea el lago y los parques… Todo representa una sociedad que se desmorona. Los mensajes visuales en RE2 Remake no solo intentan hacernos sentir miedo sino también una profunda tristeza. Usuarios en comunidades como Reddit confiesan que el ambiente de la ciudad, incluso años después de jugar, sigue dentro de sus cabezas... y es que quien ha "jugado" en sus calles, no las puede olvidar fácilmente.
Seguro que muchos estáis pensando en la película Welcome to Raccoon City (2021), donde el director, Johannes Roberts, decidió plantear la ciudad como un personaje roto muy parecido al Derry de Stephen King, un pueblo que envejece sin ser renovado, que se queda atrapado en el pasado y está atado a su propia sombra. Los zombies, en esta concepción de la ciudad, realmente nos dan pena, ya que no son más que los daños colaterales de un experimento que prometía el "progreso".
Evolución ciudadana: de lo pintoresco a lo apocalíptico
La conducta narrativa en los juegos confirma esta evolución de la ciudad hasta la decadencia, pero desde su propio enterior. En RE2, la comisaría parece un viejo museo con pasillos abiertos y pasadizos secretos. En RE3, las calles nos llaman la atención; vemos cómo se estrechan, nos encontramos con vehículos, apilados de formas totalmente desastrosas, ardiendo... en definitiva, el caos urbano se intensifica.
La sensación de claustrofobia aumenta cuanto más conoces la ciudad. Muchos jugadores —como yo— indican que simplemente con moverse por su calles, incluso sin zombies a la vista, sienten peligro, porque la ciudad parece gritarnos su inevitable colapso. Lo que fue una localidad feliz y totalmente normal se convierte en el escenario del desastre más absoluto.
La historia de Raccoon City se cuenta también a través de sus personajes. Claire y Leon llegan como novatos y se enfrentan a una ciudad que los devora. Claire descubrirá que el orfanato infantil es ahora un lugar donde se llevan a cabo todo tipo de experimentos horrorosos. Leon, con ese optimismo inicial que tanto lo caracteriza, se convierte en un icono total de supervivencia.
Y, por supuesto, hay muchos más: Chris, Jill, Wesker, Birkin... cada uno con su encarnación personal de una parte de ese colapso urbano. Raccoon City recoge todas esas voces y las traduce en sus propias ruinas.
El legado nuclear
En Resident Evil Requiem (RE9, anunciado para febrero de 2026) se confirma la destrucción definitiva de la ciudad; la pobre Raccoon City es arrasada por un ataque nuclear para contener el virus. Grace Ashcroft, nueva protagonista y analista del FBI, llega años después para investigar las ruinas que llevan décadas resistiendo. Incluso cuando la ciudad ya no está viva sigue contándonos cosas de su pasado a través de los escombros. Así, Raccon City pasa de ciudad a mito y pasa a convertirse en una advertencia de las barbaridades que la raza humana es capaz de llevar a cabo.
Lo que más me fascina es cómo la propia narrativa de Resident Evil ha abrazado y ha ido potenciando al importancia de este personaje urbano. La saga vuelve a Raccoon City una y otra vez: en Outbreak, Operation Raccoon City, secuelas, spin-offs... como si no pudieran dejar de hablar de su historia de terror.
Los jugadores adoramos a esta ciudad por su arquitectura, sus callejones entre sombras, su disposición y sus detalles, pero también por los recuerods que hemos ido guardando en ella. Raccoon City fue escenario de horror, sí, pero su verdadero encanto gótico está en que fue un lugar común, de clase media, que se convirtió en horror universal. Y esto, precisamente, es lo que la convirtió en el personaje encargado de darnos una lección visual y narrativa sobre los límites del progreso y la fragilidad humana.
Sombras que caminan
El mensaje de Raccoon City no termina cuando la ciudad es arrasada, sino que sigue sonando en las calles de cualquier ciudad real olvidada, contaminada o víctima del abandono. Umbrella no fue solo empresa: fue sistema en sí mismo, y Raccoon fue su experimento fallido.
Raccoon sigue siendo referente en Resident Evil 6 y posteriores, donde vemos nuevos lugares que son "como Raccoon City", ecos inevitables de un desastre que, tristemente, está destinado a repetirse. Representa la posibilidad de que cualquier ciudad sea destruida desde dentro si pierde su ética, su memoria y su red de mantenimiento.
Cuando andas por Raccoon City, sea en el juego que sea, no estás solo frente a un peligro, sino que estás frente a una ciudad que murió por su propia arrogancia. No hay epopeya ni salvación, solo unas huellas, unas pistas, que hablan de las decisiones (corporativas, individuales o morales) que la llevaron a ese final.
Y mientras sigamos volviendo allí, es porque esa ciudad tiene algo que contarnos; tal vez sobre nosotros, sobre lo que hacemos, lo que callamos, y lo que luego acabaremos pagando... aunque quizá sea tan tarde que ya nadie lo escuche.
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