Cuando se lanzó en 2012, Assassin's Creed 3 se sintió todo un evento. Era un prometido salto generacional tras dos secuelas conservadoras de Ezio, y que prometía por fin resolver cabos sueltos de la trama en el presente. Para opinión de algunos la resolución fue demasiado definitiva, acabando con la muerte de Desmond antes de haberle dado al pobre su propio juego, algo que la saga parecía estar anticipando desde el principio.
Fueron medidas extremas para una situación que se les había descontrolado un poco. En una charla en el podcast The Convergence el director de Assassin's Creed 3 Alex Hutchinson contó que los deseos de Ubisoft por agrandar la franquicia tras su éxito acabaron trastocando todos los planes del equipo creativo.
"Cuando hicimos AC3, que se supone que sería el tercero y acabó siendo el quinto, por el dinero, me di cuenta de que para ese punto le íbamos a pedir a la gente recordar historias de siete años atrás. Y no tenía sentido para mí que podías haber estado en el colegio y ahora estabas en la universidad y te estoy diciendo '¿Te acuerdas en el colegio cuando pasó esto?'. Por eso matamos a Desmond al final. Dijimos [a Ubisoft] 'nosotros cargamos con el muerto'. Pero tenía que irse".
Una trilogía que se ha alargado más de la cuenta
En la misma conversación Hutchinson recuerda que los planes originales de la saga eran hacer únicamente una trilogía: un juego de Altair, uno de Ezio y uno de Desmond en el presente. "Tener demasiado lore es una carga", opina el director, haciendo referencia también a cómo muchos espectadores se desenganchan del mundo de Marvel por tener que comprometerse con historias durante años. La solución, para él, es algo más parecido a cómo hace las cosas Nintendo, con premisas universales que no necesitan justificar demasiado sus historias en una gran narrativa.
En vez de ser el final definitivo, el destino de Desmond se sintió como el final de una primera etapa de la saga, con numerosas secuelas y reinvenciones desde entonces. Acabar con el personaje era solo una forma de mantener algo de control creativo sobre la historia que tenían concebida. Independientemente de que a cada uno le parezca mejor o peor la decisión, Hutchinson no iba desencaminado. La trama del presente es para muchos fans un lastre por carecer de una dirección clara, y se ha ido notando más y más con los años.
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