Miguel Solo
Editor2025 ha sido un año de volver a preocuparse con las subidas de precios en la industria del videojuego. En un movimiento histórico, Nintendo presentaba Mario Kart World a 90 euros, incrementando los ya para muchos prohibitivos 80 euros que cuesta el Triple A medio en Playstation 5, y abriendo la veda para que futuros juegos igualen o incluso superen esta cifra.
Es un movimiento que contrasta totalmente con la otra realidad de la industria. Según reporta el análisis de The GameDiscoverCo, el precio medio de los mejores juegos nuevos de Steam ha tenido un descenso significativo con respecto a apenas hace un par de años.
Para el análisis ha usado los datos del primer mes del top 50 de Steam de 2025 por unidades vendidas. Aislando el valor mediano (más útil que la media para hallar tendencias por cómo evita valores atípicos, aclaran) ha dado con un precio de 15,64 dólares, un bajón del 20% con respecto a 2023 donde el valor del juego medio estaba en 19.50. El descenso es similar cuando se extrae el top 50 por recaudación y no por unidades vendidas, con el juego medio costando 20,35 dólares en lo que supone un descenso del 14%.
La conclusión del analista es clara, "si tienes una nueva IP que estás creando desde cero, no es un juego complejo de estrategia y no es de un estudio con pedigree, cobrar más de 25 dólares se está volviendo más complicado". La cuestión está en que el mercado del juego barato se ha sofisticado. Si hace años un título de 10 o 15 dólares de lanzamiento daba que sospechar al jugador hardcore con respecto a su calidad, hoy sabemos que ese precio no está reñido con ser una propuesta robusta en cuanto a diversión, complejidad y tiempo de juego.
Es algo que hemos visto en las tendencias de a lo que jugamos, con la creación de nuevos géneros como los inesperados cooperativos cómicos de Lethal Company o Repo. Va más allá del juego de moda multijugador. El juego de prestigio ha dejado de costar solo más de 60€, con títulos como Silksong, Hades II o Balatro el año pasado siendo nominados a GOTY.
Con el lanzamiento de Silksong muchos se preguntaban si sentaba un precedente para futuros desarrolladores indies a bajar sus precios, y si bien el analista cree que sí hay algo de presión, afirma también que no es una tragedia, sino cuestión de saber controlar la escala del juego y apoyarse de innovaciones con sistemas que promuevan rejugabilidad. "Los creadores indies siguen encontrando maneras baratas de crear nuevos juegos".
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