Seguro que te suena Constance. Es un metroidvania que ha hecho mucho ruido en redes sociales; no solo por lo bonito que es (que lo es), sino por lo muchísimo que se parece a Silksong. Su protagonista también lleva un mantón cubriéndole el cuerpo, esgrime un pincel que recuerda mucho a la aguja de Hornet, y el diseño de niveles, obstáculos, tipo de combate y sensaciones al saltar o golpear son similares. Tras haber llegado al final de Constance puedo deciros que es un videojuego con ideas propias, que no se limita a inspirarse en Silksong, sino que tiene su propio lore, sus temas únicos y su manera genuina de entender el plataformeo. Es más, puede que a muchos de vosotros os acabe gustando más que el videojuego de Team Cherry.
Constance se fija muchísimo en una parte muy concreta ya no de Silksong, sino de Hollow Knight: el sendero del dolor que te conduce a la gran revelación que tienes al lado del Rey Pálido. Esa concatenación de saltos tan expresiva, que tanto simbolismo esconde y que tan satisfactoria es de realizar es el corazón de Constance. Eso sí, el juego jamás llega a esos niveles de desesperación o frustración en su campaña principal, no os preocupéis. Al recorrer ese camino en Hollow Knight entiendes lo mal que lo pasó el Rey Pálido por (mensaje oculto por ser spoiler), y ese mismo tipo metáfora es lo que da forma a Constance. Nada más empezar el juego, el título avisa de que puede herir la sensibilidad de aquellos que estáis quemados por el trabajo. Esta advertencia no es casualidad ya que todo el juego es una gran metáfora de lo que siente una persona sobrecargada por culpa de clientes, compañeros y jefes de oficina.
La intro del título no sucede en el interior del mundo de Constance, sino en el nuestro. Eres una diseñadora gráfica sobrepasada que viaja a lo isekai simbólico al juego, y es una pasada cómo esta metáfora articula el diseño del mundo, de los jefes y de las misiones. Ahora puedes estar pensando que ni de broma quieres jugar a otro título más que habla de salud mental, porque la mayoría suelen ser bastante peñazos, pero te aseguro que Constance no lo es. Tiene una narrativa muy interesante que se fusiona con su jugabilidad para tenerte siempre arribísima. Esta es la razón por la que puede que Constance acabe conectando mucho más contigo que Silksong. Aquí no hay un lore enrevesado que desenmarañar.
La prota es una diseñadora gráfica que está quemada por su curro, pero el personaje que manejamos es una artista
El gran enigma se sustituye por sentir en tus carnes su mensaje tan intenso mientras Constance solo quiere volver a casa. La gracia de este asunto es que la prota es una diseñadora gráfica que está quemada por su curro, pero el personaje que manejamos es una artista, una pintora fabulosa que se inspira en lo que ve para adquirir nuevas habilidades que luego usa para superar los retos del metroidvania. Ese contraste es fabuloso y te apretará el corazón más de una vez. Constance descansa en pequeños templitos zen, se inspira, usa la pintura y el arte para pelear… Y no, en serio, te prometo que el juego no aburre con largas disertaciones sobre el arte, es intenso en lo jugable como el demonio. Qué bien hace esto.
Un final que no es el final de nada
Llegarás al final de Constance tras 10 o 12 horitas, pero aún te quedará mucha mandanga por descubrir. Como es una especie de Silksong concentrado, Constance no se anda con medias tintas. Al poco de empezar a jugar ya estarás saltando en el aire, usando tu pincel para borrar una plataforma y que aparezca otra antes de caer, golpeando a un enemigo y colándote por una rendija transformándose en tinta. Es muy refrescante este ritmo más ágil y sin tantos preámbulos que se puede permitir un metroidvania que va directamente a lo que va. Y lo guay es que Constance no tiene ese espíritu tan trol de Silksong. Cuando te matan puedes tomar dos opciones.
La primera es regresar al templito zen en el que descansaste la última vez, hacer la vuelta de la vergüenza y a volver a intentarlo. Pero hay otra opción muy interesante: el juego te devuelve justo donde estabas pero le da una mejora de resistencia a los enemigos. Ya no puedes usar el dash para atravesarlos, pero recibes más cura al matarlos. ¿Entiendes ahora el espíritu del juego? Constance quiere ir rápido a la chicha, no agobiarte demasiado con esas cositas Souls-Like que ahora tienen los metroidvania, ser difícil porque eso es parte de su historia, pero nunca llegar a frustrarte.
Todo va como tiene que ir. Tanto los saltos, las caídas, los golpes… Todo está ajustado
A que todo esto funcione ayuda una jugabilidad muy pero que muy precisa. Todo va como tiene que ir. Tanto los saltos, las caídas, los golpes… Todo está ajustado, no hay un retroceso que sea injusto, un cooldown mal llevado ni nada. Y eso hace que las peleas contra los muchos jefes que hay sean geniales. Por todas estas cosas, me he llevado una experiencia gratísima con Constance. Y por ello no me sorprenderé ni lo más mínimo si alguien dice en redes que le gustó más este que Silksong; no digo que Constance sea mejor, porque no lo es, pero sí que tiene sus ideas tan claras, su jugabilidad va tan rápido a lo que va, y sus temas están tan bien presentados que lo terminarás y que quedarás con él en la cabeza durante varios días, y no porque un banco te haya troleado. Ya sabéis a qué banco me refiero.
Eso sí, es justamente por sus parecidos tan evidentes con Silksong y Hollow Knight por lo que tampoco es un videojuego de GOTY. Hay retos plataformeros o de combate que te recordarán a los juegos de Team Cherry. No sé tú, pero yo creo que le eché más de 200 horas a los dos, me los sé de memoria. Hay partes que son sacadas tal cual, o casi, de ellos, y otras de su otro gran referente: Celeste. Aunque su tema central sea el arte y cómo amarlo nos lleva a aceptar trabajos malos pero a soñar siempre con ser artista (hola, Expedition 33), he de reconocer que su dirección artística no me ha terminado de cautivar. Sus dibujos, uso de colores y entornos están bien, pero los trazos que definen a las plataformas, algunos personajes o zonas se me han hecho muy típicos o recurrentes para ser un juego que quiere hablar tanto sobre el arte.
Pero os aseguro que estos son detallitos muy menores. Constance es un videojuego que no copia a Silksong, sino que continúa con lo que él empezó. Es muy plataformero, pero nunca te querrá frustrar. Su historia y cómo está contada te va a tocar por dentro, y sus jefes y situaciones molan. Jugablemente va muy fino, su 2D no es tan bueno como otras cosas que hayamos visto, ni su BSO, pero esta todo muy bien resuelto. Además, en doce horas llegarás a los créditos y te sentirás absolutamente satisfecho. No es GOTY, pero tardarás en olvidarlo.
Una historia que te arrugará el corazón, una jugabilidad pulidísima y una experiencia metroidvania concentrada en doce horas. Enamorará a los fans de Team Cherry y encantará a los que quieren jugar a Silksong pero que no pudieron por culpa de tanto troleo. Mucho más plataformero que combativo, Constance es una pequeña joyita que no deberías dejar escapar
Comprar Constance- Es un metroidvania parecido a Silksong que no frustra y que no es tan críptico.
- Usa muy a su favor su duración comedida para que cada segundo sea puro disfrute.
- Su gran valor es que su lore sirve para construir una metáfora con un mensaje potentísimo que a mí me ha llegado muy adentro.
- Está bien nutrido de jefes finales, contenido para seguir desafiándote y plataformas endemoniadas.
- Bendita sea su opción de seguir adelante si te matan a cambio de darle más fuerza a los enemigos.
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